Después de la conquista, los aztecas enfrentaron un destino devastador. Muchos murieron a causa de enfermedades y violencia. Otros fueron esclavizados o forzados a convertirse al cristianismo. Su cultura y civilización sufrieron una transformación irreversible.
Los reyes aztecas eran gobernantes poderosos y respetados en la antigua civilización mexica. Pero, ¿quién realmente tenía el poder? Descubre más sobre la estructura de gobierno en el imperio azteca.
La ganadería desempeñaba un papel vital en la cultura azteca, ya que proveía de alimentos, vestimenta y objetos rituales. Los aztecas criaban animales como venados, pavos y perros para satisfacer las necesidades de su sociedad.
Las construcciones aztecas son verdaderas obras de arte que reflejan la grandiosidad de esta civilización ya desaparecida. Los monumentos como las pirámides y templos son testigos mudos de su ingenio arquitectónico.
Los esclavos en la sociedad azteca desempeñaban un papel crucial en la economía y la cultura. Eran capturados en batalla o vendidos como castigo, pero también tenían la posibilidad de ganar su libertad a través de su trabajo.
Los aztecas se sustentaban principalmente de maíz, frijoles, chiles, pescado y carne de venado. Su dieta era rica en nutrientes y adaptada a su estilo de vida activo.
La cosmogonía azteca es un enigma fascinante que nos lleva a preguntarnos quién fue el creador del mundo según esta antigua civilización. ¿Fue Tezcatlipoca, Quetzalcóatl o Huitzilopochtli? Descubre las respuestas en este apasionante artículo.
Los aztecas eran expertos agricultores, arquitectos y guerreros. Además, tenían un profundo conocimiento de astronomía, matemáticas y medicina. Su habilidad para construir grandes ciudades y complejos sistemas de irrigación los convirtió en una civilización destacada en Mesoamérica.
Descubre la importancia de llamar a los antiguos habitantes de México por su nombre correcto: Mexicas. Rescatemos la cultura y la historia de este gran pueblo prehispánico. ¡Aprende más sobre los Mexicas y su legado!
Los antiguos mexicas tenían una visión de la paternidad muy arraigada en la responsabilidad y el compromiso. Para ellos, ser padre era un privilegio que conllevaba grandes responsabilidades y una conexión profunda con la familia y la comunidad.
